El final había llegado. Todo había terminado. Los Siete Sellos se habían roto, las Siete Trompetas habían sonado. Las Aguas se habían vuelto de sangre, y del cielo había caído el Ajenjo. El Dios en las Alturas, el Señor de las Huestes, había dado la espalda a su creación y se había marchado.
Los niños miraron las piezas de su juego, esparcidas por el salón, y se encogieron de hombros.
-¿Jugamos otra vez?-dijo uno de ellos, y el otro asintió, tomando la primera de las piezas.
En algún lugar, una voz dijo "Hágase la Luz".
©Tomás Sendarrubias
España
Iconocronos.blogspot.com
5 comentarios:
Una prosa muy sólida. Le da mucho peso la intertextualidad.
Abrazos fuertes,
PABLO GONZ
Muy buen micro, y como no podía ser de otra manera, con tu sello a vista de ojos entrenados ;)
Gracias por participar.
Muy bueno. Es que además yo tengo debilidad por los micros sobre dioses-humanos.
¡¡Ja,ja,ja!!!
¡Darthni, ¿hacemos un club de fans de los dioses?!
NIños que actúan como dioses. Dioses actuando como niños.
Genialmente inquietante.
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