viernes, 17 de junio de 2011

Sexto juego: Sobre finales no hay nada escrito

¡Hola Vendavaleros!

Ya no queda nada para que nuestro Vendaval arrase la blogosfera, pero hasta que comience a soplar de verdad el viento os proponemos un último juego, en el que tendréis que combinar rapidez e inventiva.
El juego consiste en escribir un microrrelato partiendo de la última frase de un libro (el que más os guste o el que tengáis más a mano). Eso sí, lo haremos de forma encadenada de modo que en cada comentario se dejará el microrrelato con la frase de inicio dada y se propondrá una nueva para el siguiente comentario, que será a su vez el final de otro libro.

Ejemplo: Si nosotros proponemos como final "Estamos impacientes por su vuelta" (este es el final de una novela que no desvelaré para no hacer spóiler), el que deje primero un comentario deberá escribir un micro con esa oración como inicio y la última frase de otro libro (por ejemplo: "Que la vida fuese bella") para el siguiente concursante. ¡Ojo! Si se envían dos micros simultáneos, sólo será válido el primero.

Evitad mencionar de qué novela estáis tomando el final, no vaya a ser que alguien se lo esté leyendo y le hagáis la puñeta...
Pues bien, la frase de inicio del primer microrrelato es: "La noche cobró vida con la música de los dragones".

24 comentarios:

Sucede dijo...

Héroes

La noche cobró vida con la música de los dragones. El gas comprometía el oxígeno de sus pulmones y al ser exhalado crepitaba violentamente en el momento de incendiarse. Los gruñidos de las bestias ponían en alerta a los más valientes que, enfundando sus espadas de doble filo y metal frío, perseguían la melodía para ganar puntos con las doncellas. Yo, ni era tan valiente, ni me molestaban lo más mínimo; al contrario, les debía mi éxito entre las mujeres, pues cuando los fornidos caballeros salían a matar serpientes con patas y alas, yo aprovechaba el momento para tranquilizarlas. Y es que siempre he tenido prioridades y si tengo que elegir un fuego me quedó con el de la mujer, no me pida que le explique por qué.

Sucede dijo...

Esa es mi aportación.

La frase final es "No me pida que le explique por qué", y pertenece a un pedazo de libro!

Paloma Hidalgo dijo...

"No me pida que le explique por qué, sólo sé que eso es lo que siento tras haber saltado al vacío, ni miedo ni arrepentimiento, ni liberación. Sólo sé que no echaré en falta la goma que sujetaba hoy mis pies, no mañana volaré libre, libre de temores, sin pasión y sin pena. No me volverán a hacer falta, estoy seguro. “Ninguna, tampoco, habría podido llegar a emocionarme tanto”

Entre comillas la frase de un libro especial par mí.

Nicolás Jarque dijo...

Ninguna, tampoco, habría podido llegar a emocionarme tanto como lo hacías tú. Con la sonrisa que me dedicabas dabas sentido a mi vida y con tu palabra guiabas mi pasos. Ahora que nos volvemos a ver, espero que no haya más despedidas, que no existan más excusas para no estar juntos siempre y que si los médicos están en lo cierto, hazme un favor, llévame contigo. No querré más vida, ¿para qué? Sólo escucha y entenderas. “Después de tanta espera esto es el ocio, ¿qué haré con él?"

Entre comillas el final de gran libro de obligada lectura.

Rosa dijo...

"Ninguna tampoco, habría podido llegar a emocionarme tanto" como me emocionó mirarle a los ojos.
Esos ojos tan profundos llenos de soledades violáceas,qué habian visto en mí el refugio de sus días tranquilos.Por eso quiero guardar su mirada, para no perderla, porque ya no está."El momento que se ha ido para siempre".

La última frase entrecomillada es de un libro genial.

Acuática dijo...

Rosa, lo siento, se te han adelantado...
La frase de inicio para el siguiente texto es: “Después de tanta espera esto es el ocio, ¿qué haré con él?"
Por favor, aseguraros que no han escrito antes que vosotros con la frase que correspondía... Parte de la gracia del juego reside en la rapidez con la que se escriba.
Oye, están saliendo microrrelatos chulísimos, aunque todavía no he reconocido ningún final... ^_^

Rosa dijo...

¿Qué haré con él? Me pregunta mientras una lágrima resbala por sus ojos. No lo se contesto, pero algo cruza por mi mente. Recojo una pala del trastero y voy al jardín, cavo un hueco en el suelo y lo entierro en el. Así podré recordarle teniéndole tan cerca y recordar este momento,"el momento que se ha ido para siempre".

La última frase entrecomillada es de un muy buen libro. Y hasta aquí puedo escribir...

Sara Lew dijo...

“El momento que se ha ido para siempre es aquel desperdiciado”. Manuel lo sabe, por eso no cesa un instante en sus quehaceres, empeñado en cumplir los objetivos. Reconozco que es algo maniático en la calle. Cuando anda por la acera solo pisa el centro de las baldosas –si son pequeñas va de puntillas- mientras se las ingenia para sumar las matrículas de los coches rojos. En las escaleras cuenta los peldaños en voz alta; y si no hay más remedio y debe subir en ascensor se arrima a las paredes –o a algún anónimo acompañante- y reza implorando tierra firme. Sin embargo, una vez que llega a la oficina todas estas cuestiones quedan superadas. Se sienta presto en su silla, enciende el ordenador y ya nada lo distrae de sus tareas. Manuel es metódico, ordenado y sumamente puntual en la entrega de sus informes. Es un “buen muchacho, trabaja que es un gusto”.



La frase final es de un libro de mi autor favorito (está entrecomillada).

Un saludo a todos.

Sandra Montelpare dijo...

“Es un buen muchacho, trabaja que es un gusto.” Ya lleva tres meses como verdugo. Los cortes le salen limpitos. El único problema es que a veces se pone un poco sentimental. “Mierda.”

Ya se darán cuenta quién es el autor de uno de mis libros favoritos Besotones para todos!!

Anita Dinamita dijo...

¡Mierda! El hombre que tiré por el váter sabe nadar. Menos mal que queda la cisterna para deshacerme de él, contra ese remolino de agua no podrá resistirse.

"Y la verdad es, mi querido Portuga, que a mí me contaron las cosas demasiado pronto. ¡Adiós!"

Liliana Savoia dijo...

“La noche cobró vida con la música de los dragones".
El pueblo entero vio como la tarde se hacía ovalada y el cielo se rasgaba dejando caer armonía ardiente que provenían de las gargantas de los fabulosos animales de fuego
El espejo de agua recibía cada gota incandescente con la sed infernal del desierto.
Un círculo de ardores prevaleció sobre las cabezas de los lugareños provocando melodía confusas y ardientes
En la superficie lisa del arroyo, se comenzaba a estrellar el vacío y una puerta como la boca de un dragón se abría para digerir las lágrimas de las víctimas.


Liliana Savoia

Anónimo dijo...

Por cierto, hoy es un día clave en la difusión del Vendaval. Me voy de cabeza a Facebook, Twitter, etc...
Un fuerte abrazo a todos,
PABLO GONZ

Acuática dijo...

Liliana: gracias por compartir con nosotros un micro tan bonito, pero me temo que no has entendido bien las bases del juego.
Tu microrrelato tenía que comenzar con la frase propuesta por el último participante (en este caso la que nos ha dejado Anita Dinamita): "¡Adiós!".
Además de esta condición, es necesario que dejes una nueva frase para el siguiente concursante, que debe ser la última frase de un libro (uno que te guste o uno que tengas a mano).
Un saludo :)

Elysa dijo...

Y… Eva se vengó.


¡Adiós! Lo dijo sin tristeza, sin pena, mientras me apuntaba con aquel Colt de cachas nacaradas, el mismo que yo le había regalado. ¡Qué absurda era la situación! La amaba tanto que mentí sobre los asesinatos que yo sabía que había cometido. Mató a todos mis hermanos y yo engañé a Dios cuando intercedí por ella. Mi cazadora de ángeles, descendiente de Eva, nos devolvía todo el rencor acumulado durante milenios por no haber admitido su sexo en nuestras tropas celestiales. Fue lo último que oí, no dijo más. “Ni una sola palabra”

Patricia K. Olivera dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Patricia K. Olivera dijo...

"Ni una sóla palabra" más se escucho de su boca,el hechicero de la tribu había terminado el ritual para bendecir la caza de invierno.
La aldea estaba agitada, pronto se verían en el horizonte el arribo de los gigantes mamuts.
Ya nos habíamos pintado y estabamos con nuestras armas de caza encima, listos a recibir el alimento enviado por los dioses.
"Luego me fui a cazar para no regresar a mi aldea con las manos vacías."

Liliana Savoia dijo...

Susurros y Dioses
“Luego me fui a cazar para no regresar a mi aldea con las manos vacías” .Sin embargo sólo traje palabras en mi boca, porque los animales habían desaparecido.
Esta historia me la susurraron los árboles, y eso fue lo que conté, cuento y contaré:
Afirman que no fue Teseo quien Mató al Minotauro sino el leñador de Caperucita siguiendo las pistas incorrectas. Todos me escucharon. Uno de los presentes miró “el hueco de la palma y cerró la mano

Espero haber entendido bien, gracias por hacerme notar el error
Besos

daniel eduardo greco dijo...

uno de los presentes miró el hueco de la palma y cerró la mano.
cuando la abrió, había un universo lleno de rasgos nuevos y una coherencia perfecta como regalada por sus huellas digitales.
¿quién sabe si nosotros no estamos interpretando en cada palabra que arriesgamos, uno solo de los dictados de su mano?

Paloma☮ dijo...

¿quién sabe si nosotros no estamos interpretando en cada palabra que arriesgamos, uno solo de los dictados de su mano?

Y ahí permanecía presente su recuerdo, intacto y claro como la primera vez, tan quieto como un niño cuando se apagan las luces de su corazón, que se mantenia flotando en el aire como en una especie de felicidad incierta que jamás había sentido. Lloraba escondido en algún rincón sin tener noción del tiempo. La vida siempre había sido dura para el, aún cuando todo parecía basarse en destellos dorados. Desde pequeño había sido testigo de como las cosas que con esfuerzo construía se iban derrumbando sobre el, sin piedad, sin perdón de ninguno de los Dioses que se encargaba de alabar cada noche con cada gota de sangre. Respiraba una cierta cantidad de dolor diario que entraba en sus pulmones sin compasión, aún cuando el suplicaba que se alejara, convenciéndose que era era la vida que le había tocado vivir. Con tristeza , ''el aire de la altura, fresco y profundo, entraba en el''

Giuliana Montelpare, 16 años.

Blanca dijo...

Con tristeza, el aire de la altura,fresco y profundo, entraba en el. Su cuerpo se enfriaba, yacia inerte sobre el piso. El dolor, la falta de compasión hacia si mismo lo orillaron a terminar de esa manera, solo, enfermo de la mente y del alma, agonizaba mientras su vista permanecía clavada en el cuadro que estaba sobre la pared, parecía que el descansaba cómodamente a la sombra de los exuberantes girasoles de Vicent.

Anónimo dijo...

El aire de la altura, fresco y profundo, entraba en él. Se elevaba cada vez más alto. Era un sueño maravilloso, hacía un rato que había atravesado el techo del dormitorio. Sin embargo, recordaba perfectamente haberse levantado a orinar en mitad de la noche, incluso haber matado un par de mosquitos.

Tenía que estar despierto. Mientras, otro sueño que tampoco era suyo comenzaba. Una negra pesadilla, dónde no podía dejar de escribir cosas horribles y crudas que se materializaban en el acto. Antes de escribir su final con sangre, una única pregunta para los demonios que lo estaban devorando ¿Quién creéis vosotros que lo soñó?

Tumbabrazo dijo...

¿Quién creéis vosotros que lo soñó? Se lo he confiado a mi compañero de celda y éste lo ha contado a su manera. El dragón escarlata habrá devorado a todos los que luchaban contra él. Ha reinado sobre el mundo, y por toda la faz de la tierra se escucha el cántico de los demás dragones que le adoran. Y no habrá cielo ni tierra, y el mar todo lo cubrirá. La historia ha acabado, no habrá nada más que contar

Lucesita dijo...

La historia ha acabado, no habrá nada más que contar, le espetó y luego, cerro los ojos, apretó los puños, tomó con dulzura su hijo y armándose de valor cruzó el umbral.El sol pintaba de fuego la tarde. Desde entonces ha seguido su propio camino, sin volver la vista atrás, sin preocuparse por saber "quienes los secundan en su viaje en pos de lo imposible".

Concha Mayo dijo...

Agridulce

“Quienes los secundan en su viaje en pos de lo imposible son un par de necios.” Gritaba y gesticulaba. Era difícil saber de qué hablaba, aunque a decir verdad, no dimos más importancia a las palabras de aquel loco desgreñado que se paseaba en cueros por la Plaza Mayor.

Paula apuró su café. Por un momento pensé confesarle que el responsable de mi reciente sonrisa era su marido. Pero escudada tras mis gafas de sol opté por callar y encendí un cigarrillo.

Calle y seguí sonriendo mientras veía el trasero del indigente perderse entre la muchedumbre.

A fin de cuentas Paula me traicionó primero.