El agua me hechiza. Sólo unas gotas y surge en mí el deseo impetuoso de sumergir. Ya de niño, cuando llovía, maceraba insectos, ratones, gatos y perros. Una vez anegué el baño; otra, el jardín, y en una ocasión memorable, la casa entera.
Hasta ahora mi mayor logro ha sido el tanque de almacenamiento del pueblo. No creí que se vaciaría así de rápido. Seis casas resultaron dañadas y varias reses muertas. Me mojé de la emoción.
Hoy, me espera la experiencia suprema. Lo tengo todo listo. En la base de la presa, una explosión provocará el agujero. El agua subirá varios metros en segundos y disfrutaremos todos hasta el orgasmo la inundación sincrónica de nuestros pulmones.
© Elizabeth Pérez Ramírez
México
6 comentarios:
¡Pero qué malísimas ideas tienen los gremlims!
Buenísimo micro, Liz, qué gusto verte vendavaleando.
Gracias, Elisa. Dice el gremlin que había estado ocupado fastidiándole la vida a otros, pero como ya termina, se aplicará en la minificción de nuevo :). Abrazos.
Me gustó esta inundación.
Saludos desde el aire.
Buenísimo de principio a fin! Muy acuático.
Por cierto, aquí hace poquito se rompió una presa ¿fuiste tu?
Abrazos
Jajajaja, Anita... si fui no te lo diría ¿no crees? Qué bueno que te gustó :). Es el mejor premio para el escritor.
Lo que nos faltaba: pirómanos en verano, ladrones a todas horas, rompedores de presas ¿cuándo? ¿después de las primaveras lluviosas?
No, no se puede dar estas ideas porque siempre hay un loco que lee o que escucha.
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