Caperucita salió del penthouses balanceando la cartera Louis Vuitton. La gran manzana la deslumbraba. Con pasos felinos se dirigió a Wall Street, decidida a desplegar sus encantos, luego iría a ver a su abuelita. Dejó caer la capa roja comprada en Rodeo Drive, frente a los feroces lobos de las pizarras que se babeaban frente a ella, cosa que aprovechó para adelantarse en sus compras.. Al terminar la sesión partió feliz hacia la casa de su abuelita. Después de sacar las llaves de debajo del felpudo, la saludó, desenvolvió una torta de Tisserrie, la nueva pastelería de los hermanos Harrar. Le leyó el Wall Street Journal para "aggiornarse" con el Dow Jones, que tanto interesaba a ambas y le entregó las acciones que adquiriera esa mañana. Juntas rieron de lo productiva que había sido la jornada. Satisfecha, Caperucita sabía como manejar ciertas cosas sin la ayuda del leñador. |
domingo, 19 de junio de 2011
SUTILEZAS
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3 comentarios:
lindisimo!!!
Hay que reescribir los cuentos para que nos sigan llegando.
Abrazos fuertes,
PABLO GONZ
Acabo de descubrir que Caperucita es la protagonista del Vendaval.
No sé cuantas he leido ya y no sabría con cual quedarme de todas ellas.
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