"Cumpleaños feliz, cumpleaños feliz, te deseamos todos…" Hay una única vela sobre la tarta y junto a ella, temblando más que la llama, un viejo que comienza su último año de vida.
Desde que la edad es sólo un dato más en un programa y todos llegaremos a alcanzar la misma, la certeza de la muerte acercándose inexorablemente no ha hecho más que acortar la duración real de la vida.
© Luisa Hurtado González
España
15 comentarios:
Qué bueno!!! Mejor no saber.
Saludos desde el aire
Qué terrible imagen, soplar la vela de tu último año de vida. Me has dejado sobrecogida, uf. Espero que nunca lleguemos a eso. Vivan la sorpresa y la incertidumbre.
Un beso, Luisa.
Muy, muy bueno!
Nacer con años e ir quitándolos hasta morir... Sobrecogedor!!
Un abrazo!
Sin duda, saber el año de tu muerte puede ser fatal ¿no había suicidas, entonces?
Buenísimo micro y reflexión
Un abrazo
Muy bueno, Luisa, no quiero un futuro tan terrorífico...
Besos
De escalofriar, vamos. Tienen mucho más sentido las velas usadas como propones.
Un fuerte abrazo,
PABLO GONZ
La desolación de la certeza, es lo bueno que tiene la incertidumbre que siempre deja hueco para la esperanza.
Me ha gustado,
Besos,
Hay un libro de Soledad Puértolas ( Si al atardecer llegara un mensajero, creo que se titula) que trata el tema. Muy bien contado, Luisa.
Abrazos infinitos.
Esta condena a muerte programada me produce escalofríos. Ojalá nunca lleguemos a semejante despropósito.
Gran micro, Luisa.
Un abrazo.
Es desolador, esa única vela...
Realmente bueno y escalofríante.
Besos
Yo ese mundo - espero que no llegue nunca - no lo quiero para mí. Me recordó un cuento de Quim Monzó.
Muy bueno, un saludo.
Y le quedó coraje para soplar aún sabiendo que era la última. Brillante micro,Luisa!
Por fín llegué a mi propio micro.
Dude un poco antes de enviarlo, porque era un poco duro, pero... me decidi, confié en los lectores del vendaval y no me he equivocado.
Gracias a todos.
¡Excelente!
En mi pueblo el número de socio del casino te lo cambian cada año según la edad,. Cuando te ves en los diez primeros, empiezas a temblar. Gracias
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