He esperado tanto tiempo, que me rendí.
Veía a los otros esperar pacientes, con una sonrisa. Pero yo me sentía incapaz. Cuando la vi por primera vez y supe que estaba predestinado a ella, soñé cómo sería dormir a su lado, sentir su calor en un abrazo matinal, o su consuelo cuando algo me dañara. Noté la calidez que ese pensamiento me causaba pero, por alguna extraña desconexión, sabía que no iba a reunirme con ella nunca.
Cuando Ana y Jaime entraron en el despacho blanco y aséptico del Doctor Gutiérrez, se sentaron rápidamente frente a él esperando escuchar de su boca algo distinto de lo oído durante los dos últimos años.
-"Lo siento, tampoco ha habido suerte, no está embarazada, pero podemos intentarlo una vez más"-.
Ana, agotada, le contestó:
- "Lo siento doctor, he esperado tanto tiempo, que me rendí"-
© Montse Rius
España
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2 comentarios:
La madre, desesperada, poniendo en sus labios las palabras del hijo que no llegó a ser nunca.
Me sorprendió la vuelta de tuerca final
Me gustan estos micros circulares porque cuando lees el final buscas de inmediato el inicio y los vuelves a leer. Me encantó
Gracias por tu aportación.
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