Los domingos por la tarde los niños se quedaban en la casa jugando, los padres iban a algún cine de La Gran Vía y la muchacha se quedaba dormitando apoyada en la mesa de la plancha.
El juego siempre era el mismo; uno era el pasajero, el otro el maquinista. El maquinista debía abrir la puerta corredera de la despensa, cantar la estación contar hasta tres y cerrarla. El pasajero podía entrar o salir de la despensa en las estaciones que quisiera.
Saturnino se puso la gorra.
- !Pasajeros al tren!
- !Cuatro Caminos!
Margarita saltó dentro
- ! Ríos Rosas!
Margarita saltó fuera
- !Iglesias!
Dentro
- !Chamberí!
Saturnino contó rápido y cerró la puerta con violencia
- !Bilbao!
Fuera
- !Tribunal!
Dentro
- !Gran Vía!
Se escuchó un chasquido y el cuerpo de Margarita al caer en el suelo .
© Fortunata
España
4 comentarios:
Ja ja ja, pobre Margarita... pero es que con los hermanos lo que sobran son caídas, golpes y portazos en la cara.
Abrazos
Fortunata. Es muy gráfico de niño jugabamos a cosas muy locas, pero esta es genial. Tengo que probar con mis sobrinos.
¿Por qué he sentido miedo?
Qué bueno, Fortunata. Yo no he jugado a eso. Probaré.
Gracias por tu apoyo al Vendaval.
Publicar un comentario